La Jungla del Poder

Un año de Milei: éxito con la inflación, dudas sobre la recuperación y el fantasma de un pacto inconfesable

Asumió con una debilidad histórica, pero logró transitar ordenadamente sus primeros 12 meses de gobierno. Los claroscuros de una gestión que no termina de arrancar, aunque que cumplió con su principal promesa de campaña.

Pablo Winokur
por Pablo Winokur |
Javier Milei

Javier Milei, durante su asunción, el 10 de diciembre de 2023 (Foto: Telam).

Devaluó. Llevó la inflación al 25%, al 20%, al 13 al 11. Cumplió la promesa: hoy, la inflación no es una preocupación para los argentinos.

Hizo el ajuste más grande de la historia. No lo pagó la casta, lo pagó la gente: jubilados, docentes, trabajadores de la mínima, los estudiantes universitarios; no hubo más obra pública. Pero mantuvo el superávit a rajatabla, contuvo el dólar y logró estabilidad... al menos por un tiempo.

Milei pasó la mayor parte de su primer año de gestión en la Quinta de Olivos, solo o con reuniones privadas y tuiteando: en promedio, estuvo 2 horas 40 por día en la red X; a eso hay que sumarle otras redes sociales. El modelo no necesita más: bajó la inflación y limitó los piquetes, que es lo que se le pedía. Echó o se fueron casi 100 funcionarios, según el recuento que hace el politólogo Pablo Salinas; la última fue Florencia Misrahi del Arca.

También fue a viajes internacionales a predicar como un gurú libertario; en la mayoría de los viajes, no tuvo encuentros con otros mandatarios, ni con empresarios o inversores, sino que se limitó a dar conferencias para compartir su modelo de éxito al mundo. No necesitó más para ser la estrella mundial y llegar a las tapas de los diarios y revistas más prestigiosas del mundo.

Milei cumplió con lo que prometió. El Presidente está haciendo una revolución. Los que me siguen semana a semana saben lo que pienso de esa revolución. No viene al caso en este contexto.

  • Aplicó la motosierra sin contemplaciones. Aunque había dicho que iba a ser contra la casta, todos sabían que eso era apenas un eslogan.
  • Logró el superávit desde el primer mes. Es cierto, que lo hizo muchas veces con creatividad fiscal. ¿Y qué?
  • Cortó la emisión monetaria. Estamos yendo a una dolarización de hecho. ¿Es sostenible? No lo sabemos.
  • Dijo que iba a cortar cualquier tipo de proteccionismo y que iba a abrir los mercados. Cortó todo y está abriendo. Hay alta preocupación en la industria. No está claro qué va a pasar con el empleo en los próximos años.
  • Dejó de intervenir en las paritarias y todo quedó librado a las negociaciones privadas, al punto tal que la Secretaría de Trabajo ni siquiera homologa los acuerdos. El Gobierno dice que los salarios ya recuperaron los niveles de 2023. Es un promedio por lo menos engañoso.
  • Pulverizó la inflación en menos tiempo del esperado. Había dicho que eso recién se iba a dar a mediados del 2025. La tendencia empezó antes. Como contracara, el consumo está derrumbado; eso explica por qué los precios no aumentan tanto.
  • Ajustó las tarifas. Fue un duro tarifazo. No hubo cacerolazos, ni amparos, ni reclamos de asociaciones de consumidores. Las críticas del kirchnerismo fueron moderadas.
  • Cortó toda transferencia a las provincias. No le perdonó ni al Fondo de Incentivo Docente, ni a las cajas jubilatorias. Cuando hubo alguna deuda pendiente, dijo que iban a auditar antes de pagar. No mandó un peso.
  • Cortó la obra pública. Clave para mantener a raya el superávit. El problema es que hay mucha obra pendiente. La gran pregunta es qué va a pasar cuando arranquen los problemas por la falta de mantenimiento. La promesa es que van a venir inversiones privadas. ¿Vendrán?
  • Prometió reducir planes sociales. Lo hizo: el ex Potenciar Trabajo quedó virtualmente terminado y en la práctica no fue reemplazado. Eliminó prácticamente la distribución de comida en comedores. Quedó la AUH (no es un plan social) y la Tarjeta Alimentar que -en teoría- “devuelve libertades” a los beneficiarios; estos dos programas sí tuvieron aumentos por encima de la inflación.
Milei en Río.jpg
Entre algunas de las promesas, Milei cumplió en bajar la inflación: hoy, ya no es una preocupación para los argentinos (Foto: archivo).

Entre algunas de las promesas, Milei cumplió en bajar la inflación: hoy, ya no es una preocupación para los argentinos (Foto: archivo).

Democracia, ¿en riesgo?

Milei no tuvo en campaña discurso para la democracia, a la que desprecia. Y justamente durante su primer año de mandato intentó cerrar (metafóricamente) el Congreso:

  • Le dio la espalda al Parlamento al asumir.
  • Firmó un megaDNU con 366 artículos y equivalente a más de 200 decretos de otro presidente.
  • Mandó la ley bases interminable, desconociendo los mecanismos parlamentarios para aprobar una ley de esa magnitud. Así le fue: tardó 7 meses en tener su primera ley del Congreso y no pudo volver a sancionar ninguna otra cosa.
  • No le interesó reunirse con frecuencia con diputados, senadores, gobernadores, jueces sindicalistas, ni representantes empresarios. Son contadas las fotos que tiene con lo que considera la "casta".
  • No tuvo presupuesto en 2024 y todo indica que tampoco va a tener en 2025. Las negociaciones con la oposición fracasaron y se lo ve cómodo gestionando con el prorrogado presupuesto 2023, completamente desactualizado: 100 pesos de enero de 2023 equivalen a $666 de diciembre de 2024; es decir, que puede disponer de 566 mangos para hacer lo que él quiere y sin autorización ni negociación con gobernadores.
  • Prácticamente, no permitió que el Congreso apruebe leyes propias originadas en el Poder Legislativo: se aprobaron 7 normas de autoría de senadores y 11 de diputados. Poco y nada.
  • Se encargó en general de desconocer las instituciones y de revocar mecanismos de transparencia: el ninguneo al Congreso se acompañó del uso de los vetos presidenciales, DNUs. También limitó por decreto el acceso a la información pública e intentó aumentar los gastos reservados de la SIDE, cosa que rechazó el Congreso.
  • Nunca publicó la agenda del Presidente ni de la mayoría de los ministros y limitó el acceso a los registros de visitas de Olivos. Insiste en que la agenda presidencial es una cuestión privada y no pública.
  • Fue categórico durante este año al rechazar el consenso democrático de los 80, y además defendió o justificó en varias oportunidades el actuar de la última dictadura.

Fue consecuente con lo que prometió en campaña, cuando ni una sola vez tuvo palabras sobre la importancia de la democracia. De hecho, sus máximos referentes intelectuales suelen relativizar la eficacia de ese sistema de gobierno.

Tampoco mintió cuando dijo que no iba a cambiar sus formas en el poder: mantuvo un esquema de comunicación agresivo, con insultos y ataques a los que piensan diferente, incluyendo a los periodistas críticos (“ensobrados” todos, según él), artistas (“Lali Depósito”) o gobernadores (Le dijo “mogólico” al gobernador Nacho Torres en medio de una pelea por fondos). Dice que tiene derecho a hacerlo, sin tomar en cuenta la desproporcionalidad de una crítica de un comentarista respecto al comentario de un presidente.

Javier Milei: bono jubilados de ANSES
Milei no cambió sus formas en el poder: mantuvo un esquema de comunicación agresivo contra todos sus adversarios (Foto: archivo).

Milei no cambió sus formas en el poder: mantuvo un esquema de comunicación agresivo contra todos sus adversarios (Foto: archivo).

¿Mejora la economía?

Es claro que todos los indicadores macroeconómicos están mejor, al menos en el corto plazo. La duda es si eso va a tener algún impacto en la economía real.

Sobre el filo del viernes se conocieron los datos de actividad económica de dos sectores clave: la industria y la construcción.

La industria acumuló una caída este año de 11,6%. Pero además, si se mira mes a mes, también se ve una caída del 0,8%. Por otro lado, si se mira con lupa cada subsector, muchos tuvieron descensos del 20% o más.

La construcción acumuló 29% de caída en 2024 y además cayó 4% respecto del mes anterior. La pérdida de puestos de trabajo es catastrófica.

Milei venía diciendo que si se miraba contra el mes anterior, se veía el crecimiento. Ya no.

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La UCA presentó sus datos de pobreza. Comparó todo 2023 contra el tercer trimestre de 2024.

  • La pobreza pasó de 44,7% a 49,9%
  • La indigencia de 9,6% a 12,3%
  • La tendencia es a la baja, aunque esa baja es muy lenta todavía.
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Hay otros datos llamativos.

  • 55% de hogares de ingresos muy bajo recortó sus gastos en medicina (6,3% en sectores altos)
  • 54% recortó sus gastos en remedios (5,7 en los sectores altos)
  • 45% no pudo pagar servicios (7,2% en altos)

En todos los casos, sectores bajos y muy bajos aumentaron hasta 15 puntos las cosas que tenían que recortar, mientras que los sectores de nivel socioeconómico alto prácticamente no tuvieron que hacer esfuerzos para sobrellevar la crisis.

La hora del pacto

Antes de cerrar el análisis, es necesario detenerse en un capítulo político que presenta algunos ribetes extraños.

Javier Milei logró asumir la presidencia gracias a los votos prestados del PRO, liderado por Mauricio Macri, y de su candidata presidencial, Patricia Bullrich. Sin embargo, apenas comenzó su mandato, optó por cerrar una alianza con Bullrich, dejando de lado las sugerencias de Macri. Durante su primer año en el poder, recurrió a Macri según sus necesidades, utilizándolo o descartándolo a conveniencia.

Ahora, Milei tomó una decisión política que marcará el rumbo de su gobierno y de la política nacional durante todo 2025. Decidió romper su alianza con Macri y, en cambio, establecer una alianza táctica, aunque no explícita, con el kirchnerismo.

Esta movida fue verbalizada la semana pasada a través de un tuit en el que Milei usó una alegoría bíblica: "Prefiero a un malo porque sé a qué atenerme, antes que a un tibio cuyo comportamiento es impredecible", escribió, palabras más o menos.

El acuerdo con el kirchnerismo promete desarrollarse en distintas instancias. Habrá que ir viendo paso a paso qué se cumple y qué no.

  • Cristina reconoce que Milei está haciendo un trabajo sucio que su fuerza política no podía hacer.
  • Hay un acuerdo en que el Gobierno no va a hacer una persecución judicial a Cristina. En todo caso, se va a montar sobre lo que ya existe.
  • Los golpes (verbales) siempre por arriba de la cintura. Hay temas que no se mencionan entre ellos.
  • Puede haber algún tipo de entendimiento en el nombramiento de jueces.
  • Eliminar las PASO es algo que les cierra a los dos.
  • La ley de Ficha limpia va a dormir la siesta un rato largo.
  • Al final del camino -quién sabe- podría venir una reforma constitucional. Juntos tienen los números. Cristina ya deslizó en una entrevista con Rodis Recalt que ella estaría de acuerdo con un cambio de ese tipo.

Conclusiones

La gran pregunta es si este modelo está condenado al éxito (como dice Milei) o al fracaso, como insisten los agoreros.

¿Qué pesa más?

¿La baja de la inflación o la pobreza sostenida por las nubes?

¿El dólar barato o la falta de pesos en la calle?

¿Las mejoras en el clima de inversiones primarias (energía, básicamente) o la crisis de la industria?

¿La fiesta financiera o la no creación sostenida de empleos?

¿El aumento del crédito o el salario promedio bordeando la línea de pobreza?

¿Los viajes a Brasil o el sector turístico paralizado?

No hay respuesta. Por ahora, noticia en desarrollo.

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