El grupo de rugbiers habría tenido una fuerte pelea luego de la declaración de Luciano Pertossi (Foto: archivo).
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Tras casi tres años manteniendo un pacto de silencio y trabajando juntos para defenderse junto al abogado Hugo Tomei en la causa en la que están siendo juzgados por el asesinato de Fernando Báez Sosa, la relación de los 8 rugbiers estaría al borde de la ruptura.
Ayer, Luciano Pertossi rompió el silencio para corregir a los testigos y asegurar que no estaba donde decían que estaba la noche del asesinato, aunque no quiso responder nada al respecto. No obstante, la sorpresiva declaración del acusado tuvo sus consecuencias: según señalan distintas versiones, sus dichos habrían provocado un profundo malestar en algunos de los integrantes del grupo, a tal punto que la familia de uno de los jóvenes negocia con otros abogados.
“Andate a la c... de tu madre vos y tu abogado de m...", afirman lo que le recriminó en medio de una pelea uno de los hermanos Pertossi a Máximo Thomsen, otro de los acusados.
Es que ahora que Luciano habló y rompió el pacto de silencio, temen ser condenados a prisión perpetua y hay algunos acusados que quieren minimizar su participación en el crimen.
El grupo se habría dividido entre los Pertossi: Luciano, Lucas y Ciro y el resto: Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Ayrton Viollaz y Blas Cinalli.
El jueves fue un día distinto en Dolores durante la audiencia del juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa. Uno de los 8 rugbiers señalados como culpables del crimen, Luciano Pertossi, interrumpió una declaración para hablar.
Luciano Pertossi afirmó que "no estaba" en el lugar en el que lo ubicaban los testigos de la Policía Federal Argentina (PFA), quienes lo identificaban como uno de los agresores directos de Fernando Báez Sosa.
"Quiero aclarar algo. Yo no estaba ahí", dijo Pertossi (21) ante el tribunal y luego no quiso dar más respuestas.
Tras declarar, Luciano Pertossi regresó a la sala luego del cuarto intermedio. Volvió a tomar asiento en la misma silla, pero ya no tenía puesta la misma chomba blanca y ahora usaba una camisa de manga larga.
Desde su entorno contaron que tuvo que ver con los nervios que pasó. Al aparecer el joven transpiró mucho y pidió el cambio de ropa para no estar húmedo en el resto de la jornada.