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1 lata de leche condensada (aprox. 395 g)
400 ml de crema de leche
150 ml de jugo de limón exprimido
Ralladura de limón (opcional)
La combinación de leche condensada y limón es clave, ya que el ácido del limón espesa naturalmente la mezcla, mientras que la crema aporta volumen y textura. Esta base es la que permite obtener un helado cremoso sin necesidad de procesos complejos.
Cómo es el paso a paso para lograr un helado de limón casero cremoso
El procedimiento es uno de los aspectos más característicos de este helado, porque no requiere cocinar la mezcla ni utilizar equipamiento especial.
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Preparar el jugo: Exprimir limones frescos hasta obtener la cantidad necesaria. Colar para evitar que pasen semillas o pulpa.
Batir la crema: Llevar la crema a medio punto, es decir, con volumen pero sin llegar a chantilly.
Unir con la leche condensada: Incorporar la crema batida a la leche condensada con movimientos envolventes para mantener el aireado.
Agregar el jugo de limón: Sumarlo lentamente mientras se integra la mezcla. El ácido ayudará a espesar de manera natural.
Refrigerar: Pasar la preparación a un recipiente apto para congelar, tapar y llevar al freezer por varias horas.
La mayoría de quienes preparan esta receta recomiendan mezclar la preparación una vez transcurrida la primera hora de congelado para evitar la formación de cristales de hielo. Sin embargo, incluso sin ese paso, la textura suele ser muy agradable.
Cómo lograr que el helado no cristalice
Este es uno de los interrogantes más frecuentes al hacer helado casero sin máquina. La clave está en:
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Usar crema bien fría.
Integrar de forma suave para conservar aire.
No agregar agua extra a la mezcla.
Tapar muy bien el recipiente para evitar humedad del freezer.
Estos detalles ayudan a mantener una textura más cremosa y menos granulada, lo que mejora notablemente el resultado final.
Cómo se sirve y cómo se conserva el helado de limón casero
El helado puede servirse directamente en bochas, en copa o incluso como acompañamiento de postres como tortas, frutas frescas o brownies. Muchas personas eligen agregar ralladura de limón por encima o combinarlo con un toque de menta para intensificar la frescura.
En cuanto a su conservación, lo ideal es mantenerlo en el freezer en un envase hermético. Suele conservarse bien durante aproximadamente una semana. Pasado ese tiempo, puede perder un poco de cremosidad, aunque sigue siendo seguro para consumir si se almacenó adecuadamente.