Las cámaras de seguridad lo captaron en una estación de servicio cargando un bidón con combustible. Horas después, su vehículo fue hallado en llamas cerca de Netanya, y dentro encontraron su cuerpo sin vida. En ese marco, la Policía de Israel confirmó que abrió una investigación para esclarecer las circunstancias del hecho.
La desgarradora
Horas antes de morir, Shalev publicó un mensaje en Instagram en el que expresaba el sufrimiento que lo acompañaba desde la masacre:
“Ya estoy muerto. Lo siento de verdad. Ya no soporto este dolor. Me quemo por dentro y no puedo contenerlo más. Nunca en mi vida he sentido tanto dolor y sufrimiento; tan profundo, ardiente, que me consume por dentro. De verdad que no puedo más. Papá, Lior e Ido: los amo más que a nada en el mundo. Lo siento mucho. Mis amigos en Israel y en todo el mundo: los amo. Keshet, los amo. Por favor, no se enojen conmigo. Nadie me entenderá jamás, porque ustedes no pueden. Solo quiero que este sufrimiento termine. Estoy vivo, pero por dentro, ya estoy muerto”, escribió en su cuenta de Instagram.
En el mismo descargo, el joven concluyó: “Por favor, recuerden lo bueno que hay en mí. Cualquiera que me haya conocido sabe que siempre quise lo mejor. Lo siento".
Luego del trágico desenlace, la familia de Shalev pidió respeto y privacidad, y anunció que los detalles del funeral se informarán más adelante.
Desde la organización Nova Tribe lo recordaron como “uno de los pilares de la comunidad”, destacando su liderazgo como capitán del equipo de básquet y su compromiso con los demás sobrevivientes del atentado.
“Les pedimos que lo recuerden en sus momentos más hermosos: su valiente apoyo a la comunidad, su liderazgo como capitán del equipo de baloncesto de la Tribu Nova y su dedicación a ayudar a sus amigos en los momentos más difíciles”, expresaron.