El prototipo de avión de la NASA paa revolucionar los vuelos comerciales. (Foto: Captura de TV)
La NASA (Agencia espacial de los Estados Unidos) prueba un nuevo avión con el que espera tener undoble impacto mundial. Por un lado, conseguir que los aviones supersónicos (vuelan más rápido que la velocidad del sonido) no hagan un ruido ensordecedor y que, entonces, se puedan aplicar a la aviación comercial.
El 14 de octubre de 1947, en el desierto de California, un selecto grupo de personas escuchó por primera vez el trueno sónico. Es decir, la explosión que causa un avión cuando vuela tan rápido que rompe la barrera del sonido.
El sonido viaja a 343 m/segundo, es decir, a 1.235 km/ hora (llamada Mach1). Cuando un aparato supera ese nivel en su trayectoria deja atrás al sonido. El piloto viaja en un absoluto silencio, pero el problema está a sus espaldas. Sobre la parte media y final de la nave se forma un cono que mantiene las ondas de sonido. A medida que viajan por el cielo se expanden - como toda onda - y llegan a lugares lejanos.
Pero el estruendo de causan se llama "trueno o boom sónico" que trae no pocos inconvenientes. El sonido queda por detrás de la nave y se forma una onda de choque que provoca que ese ruido pueda llegar a ser ensordecedor - literalmente - tanto para el ser humano como para los animales.
Ese cono con el "boom sónico" perdura mientras un avión vuele más allá de la velocidad del sonido. Es por eso que sufrieron una severa restricción.
En 1973, se prohibió que los aviones pudieran volar en sitios urbanos o poblados por encima de la velocidad del sonido. Ese cono de estruendo puede dejar lesiones en los oídos, pasajeras y hasta permanentes. Pero ya estaban en marcha proyectos de aviones comerciales supersónicos, en Estados Unidos, la entonces Unión Soviética y Francia asociada con Gran Bretaña.
Por la contaminación acústica apuntada, Boeing abandonó su desarrollo propio. Un accidente del Tupolev TU-144 ruso en la feria internacional de aviación en Le Bourget, Francia, demoró sus planes.
Solo quedó el Concorde, que voló por primera vez en 1976. Pero no podía emprender la velocidad supersónica en los continentes. Solo podía hacerlo sobre el mar. Eso le permitía cruzar de París o Londres a Nueva York en solo 5 horas.
El Concorde sufrió un gran contratiempo económico. La crisis del petróleo de 1973 encareció los pasajes aéreos. Por su diseño, sólo podía llevar 100 pasajeros a bordo. El precio del billete era muy caro y su operatividad no era rentable.
El golpe de gracia llegó con un accidente fatal el 25 de julio de 2000. El vuelo 4590 de Air France, se estrelló en Gonesse (Francia) y murieron los 100 pasajeros de la aeronave, sus nueve tripulantes y cuatro personas en tierra.
Fue el primer accidente de ese avión, pero la suma de todos estos factores hizo que entrara en un marcado declive. Air France hizo su último vuelo de un Concorde el 27 de junio de 2003 y retiró su flota de Concorde el 24 de octubre de 2003.
Pero ahora se plantea la posibilidad del renacimiento con aviones supersónicos que no generen ese "estruendo" peligroso.
El modelo de la NASA se llama X-59 y se presentará el próximo viernes. Tiene la capacidad de llegar a Mach 1,7 -es decir- casi dos veces la velocidad del sonido, a unos 1.700 km por hora.
Lo más importante, es que los diseñadores aseguran que, gracias las nuevas tecnologías, la máquina no producirá el "boom sónico". Será en todo caso un ruido como otras aeronaves, pero ese estruendo de gran riesgo será inaudible.
El próximo viernes 12 de enero a las 6PM hora argentina, será su prueba clave desde Palmdale, California.
Además de viajar a Mach 1,7 lo hará a una altura de 16.764 metros, unos 4 mil metros más de lo que vuelan los aviones comerciales actualmente. Cuánto más alto se pueda ir, el aire es más "liviano", entonces los aviones necesitan usar menos combustible. También se acortan los viajes porque no solo van más rápido sino que al alejarse de la superficie terrestre, se puede atavesar más rápidamente el planeta para llegar a destino.
Se anticipa por las pruebas realizadas que el crucial "trueno sónico" será muy bajo en su potencia. Entonces, si todos los resultados son positivos, el prototipo X-59 servirá para realizar nuevos aviones comerciales supersónicos sin estruendos peligrosos.
Tal vez, dentro de no mucho tiempo, se pueda llegar desde Nueva York a Londres en menos de dos horas. Lo que tarda el tren bala en llegar de París a Londres.
