Inflación interanual: señales de tensión económica persistente
En términos interanuales, el índice de energía registró un leve avance de 0,2% respecto a agosto de 2024, mientras que el índice de alimentos escaló un 3,2% en el mismo periodo. También aumentaron los precios de las tarifas aéreas, los vehículos nuevos, los autos y camionetas usados, y la ropa.
En contraste, los costos en rubros como atención médica, recreación y comunicación mostraron caídas, lo que indica un comportamiento mixto en el resto de los componentes del IPC.
Este escenario configura una señal de que el aumento gradual de los precios podría estar vinculado a las políticas arancelarias del presidente Donald Trump, cuyas medidas proteccionistas han encarecido varios productos importados. Este factor añade presión a la Fed de cara a su reunión de política monetaria prevista para mediados de septiembre.
La Fed, entre la inflación y el empleo: un delicado equilibrio
El Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal (Fed) se reunirá el 16 y 17 de septiembre para evaluar su hoja de ruta en materia de tasas de interés. La entidad ha mantenido los tipos en un rango de 4,25% a 4,5% desde diciembre de 2024, a pesar de las insistentes presiones del presidente Trump para que se apruebe una rebaja considerable del costo del crédito.
Ahora, tras conocerse los últimos datos, analistas estiman que la Fed podría ceder parcialmente y reducir las tasas de interés a corto plazo, del 4,3% actual a alrededor del 4,1%. Esta decisión buscaría apuntalar el crecimiento económico en un contexto donde el empleo comienza a deteriorarse y la inflación sigue por encima del objetivo del 2% anual.
Sin embargo, el dilema de la Fed es complejo: normalmente, recortaría tasas ante un aumento del desempleo para estimular el gasto y la inversión, pero no lo haría si la inflación continúa elevada, ya que eso podría provocar un sobrecalentamiento de la economía.
Mercado laboral: señales preocupantes en agosto
A la par del alza de precios, el mercado laboral mostró nuevas señales de enfriamiento. Según datos del BLS, la cantidad de despidos aumentó en agosto y la contratación se ha desacelerado drásticamente en los últimos meses, situándose por debajo de lo previsto.
La tasa de desempleo subió levemente hasta el 4,3%, un nivel que aún se considera relativamente bajo, pero que representa un cambio de tendencia luego de varios meses de estabilidad. Además, las solicitudes semanales de subsidios por desempleo aumentaron en 27.000, alcanzando un total de 263.000, la cifra más alta en casi cuatro años.
Este repunte en las solicitudes de prestaciones sacudió a los mercados financieros, que interpretan que la Fed tendrá mayor margen político para comenzar a reducir el costo del crédito y evitar un mayor deterioro del mercado de trabajo.
“La inflación al consumidor fue ligeramente superior a lo previsto, pero no lo suficientemente alta como para impedir que la Fed comience a recortar las tasas la próxima semana”, afirmó Kathy Bostjancic, economista jefe de Nationwide. “El mercado laboral está perdiendo fuerza, lo que refuerza la idea de que la Fed necesita comenzar a recortar las tasas y que este será el inicio de una serie de reducciones”, añadió.
Trump aumenta la presión sobre la Reserva Federal
El debate sobre el rumbo de la política monetaria se desarrolla en medio de una creciente presión del presidente Donald Trump sobre la Fed. En las últimas semanas, Trump intentó destituir a la gobernadora Lisa Cook, en el marco de un intento por colocar figuras afines a su administración dentro del organismo.
Sin embargo, un tribunal dictaminó el martes por la noche que el despido fue ilegal y que Cook podrá conservar su cargo mientras el caso se resuelve en los tribunales, un fallo que frena momentáneamente el avance del Ejecutivo sobre el banco central.
Este episodio evidencia la tensión institucional entre el Gobierno y la Reserva Federal, en un momento en el que la independencia del organismo resulta clave para garantizar la credibilidad de su lucha contra la inflación.
Las empresas sienten el golpe de los aranceles y la inflación
En el frente empresarial, diversas compañías han comenzado a advertir sobre el impacto de los aranceles y el encarecimiento de los insumos. Un caso emblemático es ELF Cosmetics, que anunció esta primavera un aumento de precios de un dólar en sus productos, aunque su directora financiera, Mandy Fields, advirtió que podría no ser suficiente para compensar los mayores costos que enfrentan debido a los aranceles impuestos por el Gobierno.
Otras grandes cadenas minoristas, como Home Depot y Macy’s, han adoptado un enfoque más cauteloso, refiriéndose a aumentos modestos o a ajustes "quirúrgicos" en sus precios, sin anunciar incrementos generalizados de gran magnitud.
De momento, los consumidores no han sentido de lleno el impacto que los economistas anticipaban a comienzos de año, en parte porque muchos minoristas adelantaron pedidos antes de la implementación de los aranceles y optaron por absorber buena parte de los costos, en lugar de trasladarlos al precio final.
No obstante, Walmart y otras grandes cadenas han advertido que a medida que renueven sus inventarios, los precios podrían subir, reflejando el impacto total de los aranceles vigentes y del repunte de la inflación en sus estructuras de costos.
Perspectivas: entre la incertidumbre y la expectativa de recortes
El escenario que enfrentan las autoridades económicas es una compleja combinación de inflación persistente, desaceleración del empleo y tensiones políticas. La decisión que adopte la Fed en septiembre podría marcar un punto de inflexión para la economía estadounidense: si recorta tasas, podría aliviar las presiones sobre el mercado laboral, pero al mismo tiempo corre el riesgo de avivar la inflación si los precios siguen escalando.
Por el contrario, mantener los tipos de interés sin cambios podría contener la inflación, pero a costa de agravar la desaceleración económica y el aumento del desempleo. En cualquier caso, la reunión de la Reserva Federal será clave para definir el rumbo económico de los próximos meses, mientras los mercados, las empresas y los consumidores siguen con atención cada dato que emerge de la economía.