Fue lanzada para investigar a Saturno y Jupiter, en una misión de 5 años, pero sorprendió a la NASA al mantenerse activa hasta el día de hoy. Si nada la detiene, continuará su viaje y en algún momento, saldrá del sistema solar.
El soprendente mensaje de la sonda Voyager
La sonda pudo enviar un mensaje que las computadoras de la NASA fueron capaces de decodificar. Es que desde el mes de noviembre, estaba en conexión con la Tierra pero sus envíos eran indescifrables. Los científicos creían que un "bug" afectaba al aparato espacial. Un "bug" es un error (viene de la palabra "insecto" en inglés) que afecta a los programas informatizados, desde video juegos, celulares hasta los satélites.
En el caso del Voyager, seguía enviando datos cifrados con "unos" y "ceros" pero en secuencias que eran incongruencias para las computadoras en la NASA. Por eso pensaron que luego de 45 años de trabajo, estaba fuera de operaciones.
Pero por suerte, se pudo reparar el desperfecto a pesar de la gran distancia que ya nos separa con la sonda.
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La sonda Voyager lleva en un disco de oro, mensajes encriptados sobre la Tierra y los seres humanos, para que pueda ser comprendido por una inteligencia del espacio exterior. (Foto. A24.com)
Voyager: Ha recorrido un largo camino
Enviada al espacio el 5 de septiembre de 1977, la sonda Voyager tenía como misión mandar información sobre Jupiter y Saturno. Gracias a su tarea, se han conocido nuevos elementos sobre esos dos planetas, como por ejemplo lunas que no podían verse por medio de los telescopios desde la Tierra.
Pero la sonda tenía una misión más. En la medida que siguiera funcionando, surcaría el cosmos para darnos más datos sobre el universo y su función, hasta ahora ha sido fantástica. Viaja a unos 60.000 kilómetros por hora, por lo que se encuentra a más de 24 mil millones de kilómetros de nuestro planeta. Y afortunadamente, en la NASA acaban de comprobar que sigue funcionando.
La distancia es tan enorme que la "comunicación" con el Voyager requiere dos días para completarse. Se necesitan 22 horas y media para que los datos lleguen a la sonda y otras 22 horas y media para que regrese la respuesta. Es por eso, que en la NASA pensaban que su utilidad estaba comprometida. Desde noviembre, el circuito seguía funcionando, pero era como si se hablara en dos idiomas totalmente diferentes e incomprensibles. Ahora, el problema parece resuelto.
La sonda no viaja sola ya que el el 20 de agosto de 1977 se envió al espacio a la Voyager II, con un destino similar: explorar el infinito (y mas allá).
La sonda Voyager y su disco de oro
Luego de 45 años, la sonda sigue en viaje por el espacio. Además de la comunicación constante, lleva un tesoro que tal vez, algún día nos de otra noticia extraordinaria. La clave está en un disco de oro que lleva en uno de sus paneles.
Se trata de una serie de mensajes codificados, grabados en un disco de ese metal que resiste en el espacio exterior. Allí está condensada información especialmente elegida sobre nuestro planeta. Codificada de tal manera, que se supone que una inteligencia igual o superior a la nuestra será capaz de comprenderla.
Es que otro objetivo de la sonda Voyager, es intentar si es posible alguna vez, un contacto con otra civilización en la galaxia (la vía Láctea) o en el espacio más profundo.
Por eso, entre otras cosas, el disco lleva grabada la posición de la Tierra en el sistema solar, mensajes de salutación en diferentes idiomas, el "hombre de vitruvio" de Leonardo Da Vinci (con las proporciones ideales del cuerpo humano), todo en notación científica para que pueda ser comprendido por alguna "inteligencia exterior".
En la mítica serie de divulgación científica "Cosmos", Carl Sagan aseguró que esa información transportada en un disco de oro durará mil millones de años.