"Me dicen que el ridículo de Milei y el parásito de Mulino se sumaron a la lujosa habitación de su hotel y se fueron en diarrea cuando vieron al pueblo de Noruega en las calles gritando 'El pueblo unido, jamás será vencido'", expresó con referencia a algunas protestas en Oslo de militantes afines a grupos de izquierda en de la distinción a Machado.
Maduro continuó con sus ironías y señaló que - para él - hubo muy poco apoyo en las calles de Oslo a la opositora a su régimen: "Hoy aplaudo al pueblo de Oslo. Las imágenes de hoy son impactantes en las calles. A diez grados bajo cero, ahí están miles de personas en las calles. Los pueblos del mundo nos están observando y apoyan a Venezuela. Y nosotros vamos a seguir triunfando por el camino de la paz, la estabilidad y el desarrollo a la máxima felicidad posible de nuestro pueblo", dijo.
Maduro solo vio a los todavía menos que estuvieron criticando la ceremonia y se burló de quienes sí, apoyaron a Machado. En ese lote, incluyo a uno de sus preferidos a la hora de atacar: Javier Milei.
Machado llegó a Oslo en una salida de película desde Venezuela. Finalmente, arribó a la capital noruega entrada la noche: cantó el himno venezolano y luego bajó a abrazar a quienes la aguardaban del otro lado de las vallas. Ya en la madrugada, salió al balcón del hotel donde se hospeda su familia para saludar a sus seguidores. Eran las 2.20 de la madrugada cuando se la vio por primera vez. A esa hora, Milei ya había abandonado la capital Noruega.
Por eso, Maduro lo calificó como "rídículo y que se volvió en diarrea".
En otro tramo de su extenso discurso, como siempre, el dictador bolivariano pidió a Estados Unidos "el cese de intervencionismo ilegal y brutal", en medio de las crecientes tensiones por el despliegue aeronaval estadounidense en el Caribe. El episodio más grave se acaba de dar: la captura de un buque petrolero en aguas internacionales. La dura y combativa vocera de la Casa Blanca, Pamela Bondi, aseguró que la embarcación transportaba crudo con destino a Irán.
Mientras tanto, Milei emprendía el regreso a la Argentina y Corina Machado, luego de un año y medio, se reencontraba con sus familiares y venezolanos en el exilio. Pero Maduro no perdió el tiempo (ese que se le acaba, según Donald Trump) para volver a burlarse del mandatario argentino. "Me dicen que el ridículo...".