El Polo Obrero, una de las organizaciones que lidera los acampes, está a la espera de respuestas y aprovecha la “cuña” que abrió la presencia en el acampe de dirigentes del Frente de Todos como Juan Grabois.
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Postales de la protesta en 9 de Julio.
“Vamos a esperar que el Gobiernos nos convoque, esa fue la resolución que tomamos el viernes pasado cuando levantamos la movilización”, le dijo a A24.com Eduardo Belliboni, referente del Polo Obrero, que anticipó que durante esta semana habrá “asambleas en todos los barrios y de una punta a la otra del país” para definir los próximos pasos.
Traducido: el Gobierno tiene una semana para ofrecer algún tipo de respuesta si no quiere que se replique el paisaje del acampe en la 9 de Julio, con las complicaciones que eso genera.
“Vamos a discutir el plan de lucha, pero vamos a estar toda la semana sin ninguna acción a la espera de alguna convocatoria”, ratificó Belliboni.
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Caos en el centro por un acampe masivo y tres días de protestas: qué reclaman y qué calles se ven afectadas (Foto: Twitter Diego Santucho).
Las organizaciones de izquierda reclaman la apertura de los programas sociales; el aumento del monto del Progresar Trabajo, que actualmente está en 16.500 pesos; la asistencia integral de los comedores, que según denuncian están desguarnecidos, y que se recupere la “libertad de acción” para que cada beneficiario elija la organización en la que quiere estar.
Ese último punto resulta especialmente conflictivo porque, en diciembre pasado, el Gobierno estableció que, si alguno de los titulares de un plan quiere cambiar de organización de base, no puede elegir su destino sino que esa determinación correrá por cuenta del Ministerio de Desarrollo Social
De esa manera, advierten desde el Polo Obrero, los beneficiarios no pueden “romper” con el aparato de los intendentes del conurbano y sumarse a las filas de las organizaciones combativas.
Cómo sigue el plan de lucha
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El Polo Obrero, una de las organizaciones al frente.
El multitudinario acampe bajo la efigie de Eva Perón fue sólo una manifestación del poder de fuego de estas organizaciones, surgidas al calor de la crisis de 2001 y robustecidas durante los últimos 15 años, con movimientos fluctuantes en su relación con el kirchnerismo.
Belliboni aclaró que el “plan de lucha” consta de 5 fases y que la movilización en la 9 de Julio fue apenas la segunda de esas instancias. “Así se definió en un plenario nacional que hicimos hace 20 días en Plaza de Mayo”, le dijo el dirigente a este portal.
¿Cómo siguen? En la semana del 10 de abril, pasado el compás de espera abierto con el Gobierno, las organizaciones que confluyen en Unidad Piquetera definirán la próxima fase, que según indicó el referente del Polo Obrero puede ser “cortes de accesos, corte de rutas, movilización o acampe”. “Lo decidiremos en un nuevo plenario nacional”, anticipó.
Este sector busca aprovechar la discrepancia abierta en el Gobierno a partir de las voces oficialistas que piden un acuerdo con el sector, y de las que Grabois fue durante la semana el principal exponente, al participar de la protesta y fotografiarse con los dirigentes.
“Hay varios sectores que se pronunciaron a favor, el problema lo están discutiendo ellos ahora”, especularon desde Unidad Piquetera.
La alianza con el Movimiento Evita
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El Evita, una de las organziaciones de base que respalda al Presidente. (Foto: archivo)
Como contracara de la conflictividad callejera promovida por el sector piquetero más radicalizado, el albertismo apuesta a robustecer su sociedad con el Movimiento Evita y Somos Barrios de Pie, las dos organizaciones de base que integran el gobierno del Frente de Todos y rodean al Presidente.
Ambas confluyeron en un principio para contrarrestar el avance de La Cámpora en la coalición, pero hoy se muestran como un soporte del ala moderada cada vez que se encienden las luces de alarma tanto en el frente interno como externo.
En esta coyuntura, las organizaciones oficialistas mantienen el diálogo con los sectores que llevan adelante las protestas pero se muestran resignadas ante la decisión del ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, de no habilitar más altas en los planes sociales.
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Ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta. (Foto: oficial)
La recuperación de la economía popular, aún (y sobre todo) después del 4,7% de inflación de febrero, es la apuesta del ala social de la coalición.
Los pasos de Máximo
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"El Gobierno es con la gente adentro", lanzó Máximo Kirchner.
En medio de esta zozobra, sorprendió la semana pasada en el Gobierno la foto de la reunión de Máximo Kirchner, exiliado “interno” del Frente de Todos, con el dirigente camionero Pablo Moyano, número dos de su gremio y actual cotitular de la CGT.
El encuentro estuvo rodeado de hermetismo y desde el propio sindicato dijeron a A24.com que desconocen los detalles de la reunión, aunque el encuentro no deja de ser sintomático en medio del reacomodamiento que está dándose en la coalición peronista.
“Fue una cena y ambos aprovecharon para charlar”, señalaron fuentes sindicales, por toda respuesta, sobre el encuentro con Máximo, al que Pablo Moyano complementó, un día después, con una visita a la Casa Rosada para ver a Alberto.
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Desde Camioneros indicaron que desde Balcarce 50 “convocaron” al camionero, lo que marca diferencias con el halo de suspenso de la cita con el jefe de La Cámpora.
Consecuencia de ese primer encuentro (o no), el hijo de Hugo Moyano se ausentó de la mesa que el Gobierno conformó el jueves pasado junto a la CGT y la Unión Industrial Argentina (UIA) para coordinar medidas conjuntas contra la inflación.
Mientras los ministros Martín Guzmán (Economía) y Claudio Moroni (Trabajo) acordaban con la cúpula cegetista y empresarial, Pablo Moyano se reunía horas antes, y a solas, con el Presidente, después de que se conociera su reunión con Máximo Kirhcner.
Pero en el gremio de choferes no son afectos a esa “rosca” y le atribuyen a La Cámpora el juego del misterio, que a esta altura es visto como una marca registrada: “En Camioneros no hay secretismo”, cierran para despejar incógnitas.