Alberto Fernández y el resto de su gobierno se esperanza en recuperar terreno para encarar una campaña "positiva" de cara a 2023 (Foto: archivo).
Se inició un último esfuerzo por remontar cuatro puntos en las elecciones del 14 de noviembre. El gobierno de Alberto Fernández tomó dos decisiones cruciales. Por un lado, el Presidente y el asesor de campaña catalán Antoni Gutiérrez Rubi pidieron unificar el apoyo al secretario de Comercio, Roberto Feletti, golpeado por su lucha contra los empresarios tras el flamante congelamiento de precios, para mostrar resultados alentadores.
Por otro, hubo una decisión drástica de retroceder en el conflicto mapuche y despegarse de los incendios en el Sur. Esa operación la lideró el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro.
"Si sacamos cuatro puntos más que en las PASO, hacemos una fiesta. Ahí se van a ordenar muchas cosas en el Gobierno", señaló un funcionario oficial a A24.com. En las primarias del 12 de septiembre, el Frente de Todos obtuvo 31%. Si logra alcanzar el 35%, la Casa Rosada intentará instalar, pese a que resulte derrotado por Juntos por el Cambio, que sentó las bases para remontar una cuesta hacia 2023.
"Eso es relativo, porque si Juntos por el Cambio suma la misma cantidad, estamos en la misma. Debemos achicar diferencias", señalan en la Casa Rosada. Aunque otros se conforman con que la brecha no se agrande. Comienza a flotar la idea del "control de daños" tras el 14 y la recuperación para las presidenciales. La clave es el reacomodamiento de fuerzas internas en el Frente de Todos. Pero ese será el debate post elecciones.
Según pudo saber A24.com, la decisión del Presidente de confrontar con la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, al escribir por carta que no era responsabilidad del Estado nacional garantizar la seguridad en esa provincia cayó mal en el Frente de Todos. Wado De Pedro negó el domingo que existan vínculos con la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) y con su líder Facundo Jones Huala, condenado a 9 años de prisión en Chile por actos de terrorismo.
También durante el fin de semana, el embajador en Chile, Rafael Bielsa, se despegó de Jones Huala y negó que hubiera pedido la libertad condicional ante los tribunales chilenos. Señaló que se limitó a dar asistencia consular.
También pudo saber A24.com de altas fuentes de la Casa Rosada que el jefe del Gabinete, Juan Manzur, recibió este lunes a Gutiérrez Rubí junto con el ministro de Economía, Martin Guzmán, y con Wado De Pedro. El asesor catalán repitió la recomendación de no quedar envueltos en el conflicto mapuche y de cerrar filas todos los ministros en torno a Feletti en su congelamiento de precios por 90 días.
Pese a que Guzmán y su par de Producción, Matías Kulfas, no están de acuerdo con la medida, lo peor sería mostrar fisuras porque perjudicaría al Frente de Todos en las elecciones de noviembre. Después de los comicios del 14 se podrán desatar recriminaciones cruzadas. No antes. “Hasta el 14 todo se mantendrá en calma. Después nadie sabe y pueden venir los pases de factura”, dicen en Balcarce 50. Manzur es el garante de ese nuevo acuerdo entre todos los sectores oficiales.
“Hay expectativa de que el congelamiento de precios dé resultados al menos en el corto plazo y mejore el poder adquisitivo de los salarios de aquí a las elecciones. Hoy esa es la principal preocupación del Gobierno”, señaló a A24.com un alto funcionario vinculado con la cartera económica.
Guzmán estuvo con Feletti la semana última y acordaron no molestarse entre ellos. “Es angustiante. Si se siguen con las fisuras, no se solucionan nada y el mal resultado electoral afectará a todos, nadie se salva. Por eso la decisión es alinearse con Feletti. Después del 14 va a haber pases de facturas, pero no antes”, señaló otro funcionario oficial en la Casa Rosada.
Manzur monitorea el operativo. Ayer recibió al director del Indec, Marco Lavagna, para preguntarle por las mediciones en los alimentos. En la Casa Rosada aseguraron que Lavagna le dijo que el impacto del congelamiento de Feletti recién podrá evaluarse dentro de diez días y no antes: casi sobre el filo de los comicios.
También Kulfas respaldó públicamente a Feletti tras una reunión ayer con la Confederación general Económica (CGE), la Confederación General Empresaria de la República Argentina (Cgera) y con la CGT. Adoptaron medidas para que el consumo se dirija a productos de PYMES nacionales.
El Gobierno necesitaba una foto amigable con los empresarios luego de que Feletti chocó sistemáticamente contra los empresarios de la alimentación y los supermercadistas, con los cuales no pudo llegar a un acuerdo de precios y debió disponer un congelamiento por decreto.
Kulfas se puso del lado de Feletti: “El objetivo es reducir el peso el costo de los alimentos en la canasta básica para los hogares. Mejorar el salario real y el ingreso de los trabajadores”. Y señaló: “Nos plantearon la cuestión de los insumos y avanzamos en aplicar la ley de defensa de la competencia con presentaciones ante la Comisión de Defensa de la Competencia para evitar abuso de posición dominante”.
De la reunión participaron el secretario general de la CGT, Héctor Daer, y los titulares de la UOM, Antonio Caló, y de la Unión Obrera Textil, Hugo Benítez.
Gutiérrez Rubí recomendó enderezar el conflicto mapuche. El Gobierno había quedado expuesto a una paliza electoral en Río Negro, Chubut y Neuquén desde que Alberto Fernández maltrató por carta a la gobernadora Arabela Carreras y menospreció los incendios, el vandalismo y el terrorismo de los supuestos mapuches. El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, había respaldado al Presidente. No obstante, enviaron 150 gendarmes a El Bolsón, donde había sido incendiado un Club Andino.
Luego de comprobar pésimos resultados en las encuestas, el Presidente se comunicó con Arabela Carreras el viernes por la noche y comenzó una recomposición del discurso oficial. El domingo por la noche, Wado De Pedro, se despegó de Jones Huala, el cabecilla de la RAM que reivindica los actos terroristas en defensa de la creación de un nuevo estado mapuche.
El ministro del Interior aprovechó una insólita carta pública en la que el activista denunciaba al Gobierno por inducir al Poder Judicial de Chile para que no le otorgue la libertad condicional y sentenciaba que “esta administración populista es más peligrosa que la derecha oficial”.
De Pedro tomó el guante y escribió en la red Twitter: “Volvió el periodismo de guerra en auxilio del macrismo. Durante días insistieron con que el gobierno amparaba acciones “terroristas” de un grupo violento que pretendía la liberación de Jones Huala. Mentirosos e irresponsables. Una vez más usan cualquier cosa para hacer campaña”. La hostilidad del Gobierno hacia los activistas mapuches durará al menos hasta las elecciones y luego dependerá del resultado electoral.
La Casa Rosada no podrá remontar la derrota en Chubut, con lo cual perdería dos bancas en el Senado. Y presume que en La Pampa se podría mejorar la performance en la capital, Santa Rosa, aunque no alcanzaría para obtener las dos bancas actuales y entonces perdería una.
Eso se sumará a las derrotas asumidas en Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Corrientes. Sólo en Tucumán y en Catamarca el oficialismo conservará dos bancas. Si se confirman estos resultados, Juntos por el Cambio sumará cinco senadores y quedaría en 30 y el Frente de Todos perdería seis y pasaría de 41 a 35: perderá una más en Córdoba a manos de Alejandra Vigo, la esposa del gobernador Juan Schiaretti.
Por eso, ahora el objetivo del Gobierno, y de Manzur, es recuperar unos cinco puntos a nivel nacional para sacar algunos diputados más y poder mostrar una tendencia positiva para la segunda mitad del mandato, con alguna esperanza de reflotar la gestión en los próximos dos años y mirar hacia 2023.