En números concretos, ANSES detalló cómo quedarán conformados los haberes según cada tipo de prestación. La jubilación mínima, con todos los adicionales, alcanzará los $581.319,38, un monto que surge de sumar los $340.879,59 del haber base más los $70.000 del bono y el aguinaldo correspondiente.
Por su parte, la Prestación Universal para el Adulto Mayor (PUAM), equivalente al 80% de la mínima, quedará en $479.055,5, un monto también compuesto por el haber base, el bono extraordinario y el aguinaldo. Esta prestación es una de las que más beneficiarios concentra, en especial entre adultos mayores que no alcanzaron a completar los aportes necesarios para jubilarse, por lo que cada incremento tiene una relevancia social significativa.
Las Pensiones No Contributivas (PNC) por invalidez o vejez también tendrán un incremento, y en diciembre el monto final será de $427.923,56, reflejo de un esquema que incluye el haber base actualizado, el bono de $70.000 y el proporcional del aguinaldo. Mientras tanto, las PNC para madres de siete hijos, que siempre cobran el equivalente a la jubilación mínima, alcanzarán el mismo valor total de $581.319,38, lo que posiciona a este grupo como uno de los más beneficiados por los anuncios de diciembre.
Asimismo, ANSES confirmó que la jubilación máxima quedará establecida en $3.440.695,38, producto del aumento del 2,34% y el aguinaldo. Aunque quienes cobran el haber máximo no acceden a bonos extraordinarios, este sector también está atento a las actualizaciones, ya que el poder adquisitivo de los haberes más altos estuvo fuertemente condicionado en los últimos años por los cambios en la movilidad.
Pero más allá de los montos, otro aspecto central para millones de jubilados es cuándo cobrarán, especialmente en un mes donde el gasto familiar aumenta y las fiestas generan mayor demanda económica. A través de la Resolución 1091/2024, el organismo confirmó con anticipación el calendario completo de pagos para evitar confusiones y garantizar una organización más clara.
Los jubilados que no superen el haber mínimo comenzarán a cobrar desde el 9 de diciembre, iniciando el cronograma con los documentos terminados en 0. El esquema continuará el día 10 para los documentos terminados en 1; el 11 para los terminados en 2 y 3; el 12 para los terminados en 4 y 5; el 15 para los terminados en 6 y 7; y finalmente el 16 para los terminados en 8 y 9. Este grupo es el más numeroso dentro del sistema previsional, por lo que el calendario se extiende varios días para garantizar el orden y evitar saturación en los bancos.
En el caso de los jubilados que superan el haber mínimo, el pago comenzará el 17 de diciembre para documentos terminados en 0 y 1, el 18 para los terminados en 2 y 3, el 19 para los terminados en 4 y 5, el 22 para los terminados en 6 y 7 y el 23 para los documentos finalizados en 8 y 9. Este grupo, aunque más reducido, también sigue de cerca estas fechas dado que muchas veces sus haberes están comprometidos con gastos mensuales fijos, como medicamentos, alquileres o servicios esenciales.
Por su parte, las Pensiones No Contributivas tendrán un calendario más abreviado. Quienes tengan documentos terminados en 0 y 1 cobrarán a partir del 9 de diciembre; los terminados en 2 y 3, desde el 10 de diciembre; los que finalicen en 4 y 5, desde el 11 de diciembre; y finalmente, los terminados en 6, 7, 8 y 9 cobrarán desde el 12 de diciembre.
La confirmación del calendario completo también permitió que jubilados y pensionados organicen gastos, paguen cuentas y planifiquen compras para las fiestas. En un contexto económico desafiante, donde la inflación continúa golpeando con fuerza, la previsibilidad del ingreso mensual es uno de los aspectos más valorados.
En paralelo al anuncio del aumento del 2,34%, ANSES recordó que en octubre los haberes ya habían recibido un ajuste del 1,88%, aunque esa recomposición quedó rápidamente desactualizada por el avance de los precios. La discusión sobre la sostenibilidad de la fórmula de movilidad previsional, así como la posibilidad de implementar una nueva metodología que permita actualizaciones más ágiles, continúa en agenda tanto del Gobierno como de las asociaciones de jubilados, que desde hace meses reclaman una revisión profunda.
Sin embargo, diciembre vuelve a poner el foco en lo inmediato: el alivio temporal que implican el bono de $70.000, el aguinaldo y el aumento de haberes, en un contexto donde la canasta básica para jubilados supera ampliamente los montos establecidos por la movilidad. Aunque el refuerzo extraordinario brinda un respiro, quienes conocen la realidad previsional del país alertan que enero volverá a mostrar las tensiones habituales entre los ingresos fijos y el incremento del costo de vida.
Aun así, para muchos jubilados la prioridad es cerrar el año con un ingreso que permita afrontar gastos urgentes, medicamentos, alimentos y, en muchos casos, colaborar con la economía familiar. En este sentido, el anuncio del pago anticipado de diciembre, sumado al aguinaldo y el bono, representa un punto de apoyo clave en un fin de año que se prevé complejo.