“Está muy asustado”, escribe Randy Phillips, quien según los correos tuvo que acabar vistiendo él mismo al cantante, con la ayuda de su manager. Frente a las dudas de la estrella, los responsables de AEG comenzaron a considerar los riesgos que representaba esta gira de 50 conciertos y aumentaron la presión, según Los Angeles Times.
“No pueden forzarnos a parar esto, que es lo que MJ va a intentar hacer porque es perezoso y cambia permanentemente de opinión según sus apetencias inmediatas”, lanza otro responsable de AEG Live, Paul Gongaware, a M. Phillips. “Está atrapado, no tiene elección... firmó un contrato”, concluye.
Estos testimonios van contra las afirmaciones de AEG, que aseguran que Jackson se encontraba bien de salud, como indicó un médico tras el examen exigido para la firma del contrato.
Algunas semanas antes del principio de la gira (programada para mediados de julio de 2009), el director del espectáculo, Kenny Ortega, advirtió por su parte a Phillips: “Muestra fuertes señales de paranoia, de ansiedad y de comportamiento obsesivo”. Ortega pidió entonces un examen psiquiátrico a mediados de junio para el cantante, que faltaba regularmente a los ensayos. Randy Phillips rechazó esta petición.
“MJ no está todavía en forma para cantar y bailar al mismo tiempo”, alertó también Ortega a sus superiores, sugiriendo recurrir al play-back.
Michael Jackson murió poco después, el 25 de junio, a los 50 años. En agosto, siempre según los documentos de Los Angeles Times, Randy Phillips escribió a un colega de la industria musical: “La muerte de Michael Jackson es una tragedia, pero la vida continúa. AEG va a generar una fortuna con las ventas de los productos derivados, las entradas, la exposición y el DVD de la película (”This is it“, publicado tras la muerte del cantante)".
Estas revelaciones pueden tener consecuencias sobre dos procesos en curso contra AEG. Uno de ellos está liderado por los herederos de Jackson, que acusan a AEG de haber ejercido una presión enorme sobre el cantante pese a sus signos de debilidad.
El otro procede de la compañía de seguros de AEG, Lloyds of London, que trata de que se anule una compensación de 17,5 millones de dólares que AEG negoció basándose en falsas declaraciones sobre la salud y la capacidad de Michael Jackson para asegurar el espectáculo, tal y como afirma la aseguradora.
La Capital