A sus 36 años, el mediocampista entiende que el margen de error es cada vez más chico. Las lesiones reiteradas encendieron una señal de alerta y lo llevaron a preguntarse si puede sostener la exigencia física que demanda Boca, con un calendario intenso y una presión constante. Por eso, antes de tomar cualquier decisión, eligió detenerse y analizar el panorama con serenidad.
Qué postura tiene Boca frente a la situación de Herrera
Del lado del club, la postura está clara. Tanto la dirigencia como el cuerpo técnico lo consideran un jugador de jerarquía y valoran su experiencia, liderazgo y profesionalismo. Por ese motivo, esperan que se presente el próximo 2 de enero, fecha establecida para el inicio de la pretemporada en Ezeiza.
Juan Román Riquelme y el entrenador confían en que, con una buena preparación física y una planificación adecuada, Herrera puede ser una pieza importante dentro del plantel para la próxima temporada. La intención de Boca es contar con él y acompañarlo en el proceso para que pueda dejar atrás un año adverso desde lo físico.
¿Qué piensa Ander Herrera sobre su futuro inmediato?
La idea principal del futbolista es continuar en Boca, pero no a cualquier costo. El desgaste acumulado durante el último año lo obliga a ser prudente y honesto consigo mismo. En ese sentido, su análisis no pasa solo por lo deportivo, sino también por lo personal y familiar, factores que siempre pesaron en sus decisiones.
Herrera no contempla un escenario intermedio: no analiza préstamos, rescisión para jugar en otro club ni experiencias exóticas en ligas alternativas. Su carrera, de enorme recorrido en Europa y con paso por clubes de primer nivel, solo tendría un capítulo más si es en el Xeneize. Caso contrario, prefiere cerrar el ciclo.
Una definición que marcará el rumbo de Boca
La resolución del futuro de Ander Herrera no es un tema menor para Boca. Su continuidad o retiro impactará directamente en la planificación del mediocampo y en la conformación del plantel para 2026. Mientras tanto, el volante español se toma unos días para decidir sin apuros, consciente de que se trata de una elección trascendental.
En los próximos días llegará la respuesta. Y en Boca, como en el propio Herrera, saben que no hay margen para medias tintas: o sigue vistiendo la azul y oro, o cuelga los botines definitivamente.