Por su parte, Bad Bunny se mostró casual y más relajado que en la Met Gala, pero sin perder el estilo. Combinó una chaqueta marrón con un pantalón de sastrería del mismo tono y botas de gamuza color suela, añadiendo detalles con un cinturón con una importante hebilla, varios collares con cruces y gafas de sol.
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Por separado, Kendall Jenner y Bad Bunny ya habían dejado su huella en la Met Gala de este año. La hermanastra de las Kardashian impresionó con un bodysuit de paillettes negros firmado por Marc Jacobs, con una terminación cavada en la parte trasera, mangas amplias XL y un cuello puntiagudo de pedrería, un claro homenaje a Karl Lagerfeld. Completó su look con un par de botas negras con brillos, plataformas y tacón extremo.
Bad Bunny, por su parte, llevó un traje blanco de tweed de Jacquemus, que fue un claro tributo a Lagerfeld, acompañado por una camisa y una corbata del mismo tono y una maxicapa llena de camelias en 3D, la flor que se convirtió en un símbolo de Chanel.
Sin duda, ambos estilismos contribuyen a que Kendall Jenner y Bad Bunny sean considerados una de las parejas más fashionistas del momento.