Todo comenzó el 21 de diciembre pasado con la publicación por parte de la empleada del bar que, feliz de la vida, posteó en Twitter la foto con el actor -cual trofeo- después de haberlo atendido. Allí, ante las diversas reacciones virtuales, la supuesta cuenta de Rodrigo de la Serna hizo un pícaro comentario que fue viralizado inmediatamente. Pero el problema es que esa cuenta no pertenece al actor, ya que ni siquiera usa Twitter. Y allí vino su denuncia desde sus historias de Instagram, alertando sobre el fraude e instando a denunciar la cuenta @RdelaSernaOk.