Tamara Paganini fue una de las figuras más destacadas de la primera edición de Gran Hermano, en 2001. Aunque durante mucho tiempo se alejó de los medios, ahora la ex chica reality empezó a mostrarse nuevamente en televisión.
Tamara Paganini fue una de las figuras más destacadas de la primera edición de Gran Hermano, en 2001. Aunque durante mucho tiempo se alejó de los medios, ahora la ex chica reality empezó a mostrarse nuevamente en televisión.
En una nota con Implacables, en El Nueve, la ex GH abrió su corazón y habló del momento más duro de su vida: la muerte de sus mellizos, fruto de su relación con Sebastian Cavalieri, su pareja desde hace 10 años.
Tamara fue mamá de una nena y un nene, que nacieron con seis meses y medio de gestación. Pese a los cuidados que recibieron en neonatología, fallecieron.
"Al nene lo tuve en mis brazos hasta que se fue. La nena nació y estuvo en la incubadora... mejoraba, empeoraba... un día, le sacaron el respirador y creíamos que nos íbamos con ella, pero lamentablemente murió. Fue muy duro”, detalló.
La ex GH señaló que su pareja fue quien la sostuvo en todo momento. "Él fue mi todo…ahí fue cuando lo terminé de conocer de manera profunda. Me sorprendió la entereza que tuvo para sostenerme a mí, que estaba hecha un puré. Yo no puedo dejar de amarlo. Desde ese momento, fue mi héroe", concluyó.
Tamara Paganini sorprendió a todos sus seguidores al hablar de su presente profesional, que lejos está de las luces de la farándula.
"Según los haters soy millonaria. En mi Tiktok se llenó de gente que no sé de dónde saca que soy mantenida, que tengo mucha plata", indicó Tamara en un video donde aclaró a qué se dedica en la actualidad tras la explosión en los medios.
"Hace ya más o menos 8 años estoy trabajando en la parte de fidelización de pacientes para un laboratorio de alta complejidad”, precisó Paganini sobre su actual trabajo.
Y añadió sobre su función: “Me encargo de buscar errores, problemas, malos tratos y demás en pacientes, informalos, tomarles los datos”.
La ex GH destacó que se siente muy cómoda en esa labor. “Por suerte la gente que es atendida en el laboratorio está muy conforme, por lo tanto no recibo muchas puteadas, y como yo soy la que ayuda al paciente a quejarse y a contar qué le pasó, no me maltratan”, expresó Tamara.