En realidad, su llegada al gimnasio se debe a un “craso error” de Damasio, quien la convocó a ella en lugar de al “Petiso” Santiago, otro profesional en la materia.
En realidad, su llegada al gimnasio se debe a un “craso error” de Damasio, quien la convocó a ella en lugar de al “Petiso” Santiago, otro profesional en la materia.
La equivocación le “costará cara” a Villar, ya que teme que esta situación genere un malentendido con su amada Rosa (Barón)
Pero su presencia no pasará inadvertida para “el campeón de todos los tiempos” (Laport) quien –ni lerdo ni perezoso- posará sus ojos en ella.