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¡Se lo extraña!

Se cumplen 10 años de la muerte de Jorge Guinzburg: el mensaje de su hija Malena

El 12 de marzo de 2008 fallecía el gran actor, productor, escritor y periodista tras luchar con una enfermedad terminal. Malena Guinzburg recordó a su padre en Instagram.
12 mar 2018, 08:33
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Parece increíble pero el tiempo pasó tan rápidamente que el recuerdo de Jorge Guinzburg y sus "Mañanas informales" está muy presente. Fue el tipo que en la última etapa de su vida se la jugó y le dio vida a una franja televisiva que nadie se animaba a indagar. Por desgracias, su luz se apagó en medio de ese éxito televisivo.

"Mañanas informales" fue el último eslabón de una cadena que comenzó en Radio Rivadavia y que tuvo su paso por la gráfica en la recordada revista Satiricón. Jorge venía de formación en arte dramático aunque se la rebuscaba manejando un taxi.

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Sus textos llegaron a las páginas del diario Clarín con "Diógenes y el Linyera" de Tabaré y hasta revista Humor. Su primer contacto con la tevé lo hizo como guionista para Tato Bores hasta ponerse frente a cámara en la "Noticia Rebelde", allá por 1986. ¡Ni hablar de "Peor es nada" junto al Negro Fontova! ¡Qué decir de "La Biblia y el Calefón"!

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Tipos como Jorge Guinzburg ya no quedan en la televisión. Fue un profesional vinculado al arte dramático, al periodismo y a la producción televisiva. El que mejor lo ilustra en sus palabras es su hija, Malena Guinzburg, quien por esas casualidades de la vida hizo pie en la pantalla chica en la franja mañanera que abrió su padre en el programa "Morfi".


Así lo recordó Malena ni bien comenzó el día:

10 años.

No lo puedo creer. De verdad, no lo puedo creer.

Cómo duelen las fechas, no más que la muerte, pero duelen. Y más cuando el número es así, redondo, fuerte.

Se te extraña mucho. Te extraño mucho.

No creo en eso de que me estás viendo todo el tiempo, no estaría bueno ni para vos ni para mi. Pero me gusta creer que de alguna manera estás presente. Miro al cielo cuando quiero decirte algo. También cuando necesito pedirte. Antes de subirme a un escenario un poquito de ayuda te mangueo. Creo que me la estás dando. Y también te agradezco.

Dije mil veces que quisiera que pudieses ver este momento mío. Sé lo contento y, sobre todo, lo aliviado que estarías.

Quería escribirte algo, no estoy segura ni por qué ni qué... supongo que la razón es porque me alivia.

¿Te escribo una carta, papá, como si pudieras leerla? ¿Te cuento lo que pasaron estos 10 años, como si fueses Repetto volviendo del exterior? ¿Le escribo a la muerte diciendo que te llevó muy rápido? ¿O nada?

Estos días te tuve mucho más presente. Busqué videos tuyos y me reí, y lloré, y recordé, y me enojé... y volví a llorar y a reir.

Hay un reportaje en donde decís: "Si yo pensara que mi vida tiene una misión sacerdotal, la misión sacerdotal que le quiero dar a mi vida es la de dar alegría". Bueno, quiero decirte algo: misión cumplida, papá.

Te quiero.