Siguiendo con el relato, Lío Pecoraro contó que luego entró al canal y, mientras empezaba a ponerse microfonearse para hacer el programa, le preguntó a los técnicos si veían su cara igual que siempre o veían algo distinto. “Porque dije: ‘A ver si me dio un ACV y no me doy cuenta’”. Ante la respuesta de sus compañeros asegurándole que todo estaba bien, le dijo a un productor que si bien sabía quién era, no le salía su nombre.
Ya listo para salir al aire, decidió no hacerlo ante esas primeras señales extrañas que le estaba dando su cuerpo. “Yo ya estaba cableado y quería salir. Había ido en mi camioneta. Obviamente no salí al aire. El programa lo condujo Tati (Schapiro) y la persona más cercana que yo tengo en Buenos Aires es Fernando Piaggio, entonces hago que lo llamen a él, viene una ambulancia y el doctor Capuya, a quien llamo, me deriva a La Providencia”, detalló minuciosamente en el móvil con LAM.
Luego, el periodista consultó al médico Jorge Castagnino, que le indicó hacerse estudios neurológicos, así como también una tomografía de tórax, para chequear que no hubiera lesiones. “Gracias a Dios no había nada, pero me sugirió hacerme un hemograma que me dio valores alterados, entonces me recomiendan ver a un hematólogo que me dijo: ‘Esperemos una semana’”, prosiguió.
Y curiosamente, el único síntoma llamativo que tenía era un sangrado dental. “No era habitual porque era espontáneo, entonces el episodio que yo tuve en elnueve no tuvo nada que ver con mi enfermedad. Fue un aviso para que me vaya a hacer ver. Loquísimo”, aseguró Lío Pecoraro ya en franca recuperación.