La trama salta de los años ‘40 a la actualidad y hay hechos que marcan un episodio imborrable en la vida de Fermín ocurrido en 1976. Por otra parte, la vida del Dr. Kaufman, que es nuevo en el neuropsiquiátrico, también será afectada por el mundo del tango.
En junio del año pasado, cuando Alterio estuvo en Buenos Aires rodando este filme, le dijo a Clarín: “Esta profesión me lleva y me trae, pero una cosa es ir a Roma y otra volver acá. Me provoca contradicción Buenos Aires. El sentimiento es agridulce. Antes de aceptar este papel me pregunté: ¿Me voy a cabrear en la Argentina?” Sobre su personaje, explicó que “sufrió un desgarro tan grande que se brotó”. Y el actor también habló de su amor por esa música, que aumentó cuando se radicó en España, y del paso del tiempo: “La vejez sensibiliza. Se llora con más frecuencia. Se tiene más miedo con más frecuencia. La vejez es una actitud mental, como dicen. Pero también es una cuestión física y no puedo controlarla. Yo no trabajo por trabajo. Trabajo para vivir”. (Clarín)