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De a poco se conocen más detalles sobre los momentos previos a la descompensación que sufrió Christian Petersen en el volcán Lanín. ¿Cómo se encontraba el reconocido chef?
El alarmante comportamiento de Christian Petersen previo a la descompensación que generó preocupación
A medida que pasan las horas, crece la incertidumbre en torno a la salud de Christian Petersen, y también comienzan a conocerse detalles sobre su comportamiento inusual en los momentos previos a la descompensación que sufrió mientras realizaba una excursión en el volcán Lanín.
Según relató el periodista Sebastián Ciuffolotti desde Neuquén, el reconocido chef “tuvo una especie de brote, se sacó los zapatos y las medias, a pesar del frío extremo, y comenzó a correr descalzo por la montaña”. Dicho accionar alarmó de inmediato a sus compañeros, quienes dieron aviso al guardaparque y activaron un operativo de rescate para bajarlo de la montaña lo más rápido posible.
Tras el episodio, Petersen fue trasladado primero a Hospital de Complejidad N°6, donde le realizaron estudios de urgencia y habrián encontrado una sustancia. “En uno de los análisis, aparentemente, habrían hallado algún tipo de anfetamina o algo por el estilo”, explicó Ciuffolotti, aunque aclaró que por respeto a la familia y ante la falta de confirmación oficial, no se brindaron más detalles.
El cuadro se agravó rápidamente y algunos síntomas preocuparon más de la cuenta, según el comunicador: “Esto le habría generado la falla multiorgánica, sudoraciones y una excitación extrema. Llegó al hospital de Junín muy excitado, ‘muy arriba’, como se suele decir. Lo sedaron y, una vez estabilizado, lo trasladaron a San Martín de los Andes”.
La situación de Petersen es extremadamente delicada. “Falla multiorgánica es muy severo y puede ser mortal: es cuando empiezan a fallar corazón, pulmones, riñones, los órganos, y eso te puede llevar a la muerte”, explicó la periodista Silvia Fernández Barrio.
El 18 de diciembre encontró a colegas, amigos y seguidores de Christian Petersen consternados por la salud del chef, que el viernes atrás sufrió un episodio médico mientras realizaba una excursión en el volcán Lanín, en plena Patagonia argentina.
No fue un escenario azaroso. Ese sur profundo es el lugar que Petersen había elegido en los últimos meses para redefinir su vida. Lejos del vértigo porteño, encontró en esa ciudad un refugio y, al mismo tiempo, un proyecto personal: naturaleza, tiempos más lentos y una forma distinta de vivir y trabajar. Entre montañas, bosques y el ritual del fuego, no solo desarrolló su cocina, sino que echó raíces y construyó un hogar.
A fines de noviembre, el chef de 56 años había hablado de ese cambio en una entrevista con Teleshow. Contaba entonces que sus jornadas seguían marcadas por nuevos desafíos profesionales, pero también por una necesidad clara de bajar un cambio después de un año exigente. La idea de cuidarse empezaba a ganar espacio. “Entendí que lo mejor es formar un gran equipo de trabajo, en el que se pueda delegar y, así, descansar”, decía, al anticipar que pensaba tomarse unos días libres de cara a 2026.
Ese giro vital se afianzó aún más tras su casamiento, que funcionó como un punto de inflexión. Desde allí, comenzó a proyectar lo que venía con mayor claridad, siempre guiado por su espíritu inquieto y viajero. Así describía su luna de miel, con un plan tan simple como revelador: "La idea es agarrar la ruta y recorrer el Sur. Llegar a Pirámides, ver las ballenas y cocinar, tomar mates, charlar y volver a trabajar, recorriendo la Argentina, que es lo que nos gusta”.
Hoy, esas palabras resuenan con otra fuerza. Lo que parecía apenas un itinerario soñado quedó suspendido frente a una urgencia mayor. El ritmo de los compromisos, los proyectos en marcha y los planes a futuro entraron en pausa ante una sola prioridad: cuidar la vida.
A este presente cargado de incertidumbre se le superponen imágenes aún recientes y luminosas, como las de su boda con Sofía Zelaschi, celebrada el 18 de abril, una ceremonia atravesada por el amor, la familia y el disfrute de lo esencial. En aquella misma charla, Petersen resumía su filosofía de vida con una frase que hoy adquiere un sentido especial: “El lujo es estar en casa, en familia, el campo, disfrutando de este país que es maravilloso”.
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