Lizy Tagliani está viviendo una de las etapas más especiales de su vida tras convertirse en mamá y abrió su corazón al contar uno de los momentos más conmovedores que vivió con su hijo Tati.
La actriz y conductora, Lizy Tagliani, contó en una entrevista uno de los momentos más significativos que vivió con su hijo Tati.
Lizy Tagliani está viviendo una de las etapas más especiales de su vida tras convertirse en mamá y abrió su corazón al contar uno de los momentos más conmovedores que vivió con su hijo Tati.
En una entrevista íntima con Héctor Maugeri para Revista Caras, la humorista recordó el significativo momento en que Tati le dijo mamá por primera vez en una salida familiar.
“Estábamos en un restaurante y la gente me decía ‘Lizy una foto, Lizy te quiero mucho, Lizy te fui a ver al teatro, Lizy’ te escucho en la radio, Lizy, Lizy, Lizy... Era un montón", recordó.
Acto seguido, muy emocionada contó la reacción que tuvo el pequeño y expresó: "Y el estaba comiendo, levanta así la cabecita y dice ‘no se llama Lizy, se llama mamá’".
“Ese día fue espectacular para mí, no lo podía creer, yo le había dicho a Sebastián que nunca nombráramos ninguna palabra para que él se sienta presionado. Yo era Lizy y él Sebastián”, cerró entre lágrimas.
Así como Lizy Tagliani se ganó el corazón de todos por su humor tan característico, también suele encontrar momentos para hablar sobre temas importantes y reflexionar sobre momentos de su vida que la convirtieron en quien es hoy.
Ese fue el caso de este martes, cuando la conductora compartió en sus redes sociales una foto de su infancia, y la utilizó como disparador para hablar sobre lo que sintió y luchó para ser quien ella soñaba.
"No estaba seria, estaba planeando como seria mi vestido de novia cuando me case... estaba esperando mi tiempo para q algún cirujano me ayude a desarrollar mis lolas, estaba tomando coraje por que sabía que ser mujer no era una tarea fácil", comenzó escribiendo.
Y continuó: "Lo notaba en mi mamá, en mis tías y doña Bernarda, en doña Hermida. Sabía que no era simple, las mujeres de mi barrio andaban siembre de ceño fruncido como tomando fuerza para darle batalla a cada minuto de la vida".
Luego, sobre aquellos días, recordó: "Pero a las 17hrs como si sonará un recreo imaginario, pava de por medio o alguna cervecita en mano el ceño se alisaba y la carcajada estallaba como si la felicidad brotara por sus bocas a pura risa... eran liberadas de algún pesar en esa hora...".
"Cada una tenía algo para contar, un logro, un chisme, una enfermedad, un novio nuevo, cualquier noticia se festejaba. Era su hora su recreo. Por eso es que yo sabía que algo mágico tenía que tener ser mujer", resaltó.
En tanto, cerró: "Acá estoy recordándolas mientras se hace la hora de que llegue mi marido del trabajo y mi hijo del jardín. No estaba seria, solo fui a quedar bien con el sacerdote, en el fondo Dios ya sabía cuales eran mis planes. (Solo son palabras que me inspiró esta foto)".