Ante esta situación, que tomó estado público al relacionárselo con el ex Soda Stereo, muchos de los que fueron compañero de estudios de Diego en la década de los '80 armaron un grupo de WhatsApp para procesar juntos semejante noticia, que sin duda los toca de cerca. “Nos dimos cuenta de que el que encontraron era nuestro compañero, el que había desaparecido a los 16”, señaló uno de ellos aún en shock.
Así, fue el periodista de El Trece Rodrigo Alegre quien confirmó que “se armó un grupo de WhatsApp de los que se habían recibido en el mismo año”. Al mismo tiempo reveló que actualmente la Justicia se enfrenta a la triste realidad de que el crimen prescribió, motivo por el cual no hay acción penal posible.
“Podés encontrar la verdad, pero no justicia. La familia quiere saber, finalmente, qué fue lo que pasó. Ayer escuchábamos al hermano y decía: ‘Ahora tenemos un poco de paz porque están empezando a encontrar la verdad’”, explicó en tanto Sebastián Domenech, otro de los periodistas que sigue el caso desde el hallazgo.
De acuerdo a los peritos forenses, el cuerpo de Diego tenía una puñalada en la cuarta costilla y varias marcas en el fémur, compatibles con un intento de desmembramiento. Los restos óseos fueron encontrados un foso concreto, junto a una ligustrina que hacía de medianera entre la casa que supo alquilar Gustavo Cerati y la propiedad de los Graff, donde aún hoy vive la madre del principal sospechado, Cristian Graff, quien era compañero de secundaria de Fernández Lima.
La reacción en el grupo de WhatsApp de excompañeros del joven hallado muerto junto a la casa de Cerati
La furia de Boy Olmi y Carola Reyna tras el hallazgo del cadáver en la casa donde vivió Gustavo Cerati
El descubrimiento de restos humanos en una medianera de la propiedad donde alguna vez residió Gustavo Cerati reabrió un oscuro capítulo policial que permaneció oculto por más de tres décadas. El cuerpo, identificado como el de Diego Fernández Lima, un joven de 16 años desaparecido en 1984, apareció durante la demolición de la vivienda ubicada en el barrio porteño de Coghlan, que el ícono del rock nacional había alquilado a Marina Olmi en los años ’80.
La noticia causó conmoción no solo por la crudeza del caso, sino por la inesperada vinculación —indirecta— de figuras públicas como Cerati, Marina Olmi y su hermano, el actor Boy Olmi, además de su esposa, la también la actriz Carola Reyna.
Este miércoles, Olmi y Reyna decidieron romper el silencio en Intrusos (América TV) para aclarar su posición. “No es la casa ni de Gustavo ni de mi hermana. Es la casa de al lado”, precisó Olmi con visible fastidio, buscando despegar a su familia y al músico del hecho.
“A veces pasa que, frente al nombre de alguien conocido como Gustavo o mi hermana, que es una gran artista plástica, se montan noticias. Creo que no hay mucha relación entre todo esto. Es una pena que aparezca así”, agregó abrumado.
Por su parte, Carola Reyna intervino para remarcar que la propiedad donde se realizó el hallazgo es lindera y que el crimen no ocurrió durante la estadía de Marina Olmi: “Fue un bajón, muy fuerte. Ella ya había vendido la casa, y ahora se supo que los restos eran de antes de que ellos la compraran”.
En tanto, al conocerse la identidad de Fernández Lima, asesinado en plena adolescencia, la actriz expresó su desconcierto: “Fue muy loco, es raro”.
Boy Olmi y Carola Reyna (1) (1) (1)