"Yo trabajé con él desde que arranqué a TN que empecé a hacer piso los fines de semana. Hicimos durante dos o tres años el noticiero de los fines de semana. Edgardo se encariñaba con vos y como que formabas parte de su vida", recordó Paula.
"Un hombre calentón, gruñón, pero de lo más sensible que yo conocí en mi vida con todo: con los animales, con la gente, con las injusticias. Realmente sufría mucho cuando veía una injusticia de cualquier tipo y trataba de solucionarla".
"Era como un chico: se enojaba, vos lo retabas y enseguida bajaba la cabeza y seguía adelanta y se calmaba. Me sale recordarlo con una sonrisa. Era de esos tipos que te daban ganas de abrazarlo, con mil historias de vida y muy culto que conocía mucho de todo, era súper preparado", comentó la periodista.
"Lo que más quiero resaltar es su calidad humana, a mí me ayudó mucho cuando empecé. Eran noticieros largos, de siete horas, y la verdad que la pasabas bien con él, se hacían cortos".
Y cerró con emoción:
"Era un tipo de principios que ya muchos no quedan: lo que creía lo defendía a muerte y no le importaba enfrentarse a quien sea. En la época del kirchnerismo, por ejemplo, le costó que le sacaran toda la pauta oficial y que no pueda hacer más sus programas de radio. Un tipo sincero, decía lo que pensaba y no le importaba nada. Una persona de las más queribles que conocí".