Cuando le consultamos acerca de si había cambiado la cerradura del departamento, su respuesta fue positiva. “Gogó tenía la llave de la puerta de servicio, pero como es una persona que tiene hábitos que me disgustan, cambié el paso. Después vino a casa cuatro o cinco veces y se llevó toda la ropa, absolutamente todo lo de Ethel, hasta sus bombachas sucias, porque yo quise regalárselas. También las alhajas, las pieles y todo lo que estaba escrito en el testamento, que para mí es palabra santa”. Pese a todo lo que hizo de buena fe, Gerardo cuenta que Gogó lo ha insultado. “Me dijo hasta cerdo, pero los González estamos en el mundo del espectáculo desde 1946 y jamás nadie habló mal de nosotros. Los cinco González somos unidos, heredamos la vocación de nuestra madre y quien nos conoce sabe cómo nos comportamos y nuestros valores. Yo he cumplido con el recuerdo y el respeto que siento por mi mujer e hice las cosas correctamente frente al juez presentando el testamento. Yo podría no haberlo hecho, me podría haber hecho el tonto y seguir la vida como estaba, pero lo primero que hice fue llamar a su hermana y contarle que Ethel le había dejado dos departamentos. Pasó un año de su fallecimiento y Gogó no se hizo cargo de esos bienes; está viviendo en uno que es mío, pero que está en usufructo de por vida a nombre de Beatriz, el ama de llaves de mi mujer”, explica.
-Lo que debería hacer Gogó es dejar tu departamento para que Beatriz haga lo que desee y mudarse al de Fitz Roy o el de Marcelo T. De Alvear, los que heredó de su hermana. ¿Es así?
-Tal cual, o vender los dos departamentos y hacer lo que quiera. Pero donde ella está es mío con el usufructo para Beatriz, que está viviendo conmigo porque no se puede ir al suyo, debido a que está Gogó. No entiendo por qué hace un año que tiene los dos departamentos a su disposición y no movió ni un solo dedo.
-Entonces, ¿por qué Gogó está tan contrariada con vos?
-Porque yo le estoy reteniendo el dinero del alquiler de uno de sus departamentos hasta que ella no se mude del mío.
Si bien el testamento que dejó Ethel Rojo tiene mandatos precisos, González explicó que tras la mediación del martes pasado, su cuñada salió a hablar barbaridades. “Repito, tengo la conciencia tranquila, que me ensucie lo que quiera, pero ella sabe que está mintiendo. Yo no tengo que defenderme de nada. Y si le saqué la llave cuando falleció mi mujer fue porque es mi casa y no sé dónde la puede dejar. Y si le dije que pasara a buscar la ropa de su hermana un sábado, es porque yo quería estar presente. ¿O no puedo, si es mi casa?” Crónica.