La estadía de Agostina en la habitación es por 24 horas y volverá todo a la normalidad en la gala del miércoles, donde la “expulsada” regresará a la convivencia y podrá participar de la definición del desafío por la casa.
En medio de especulaciones sobre lo que podía pasar con Agos, Gran Hermano se comunicó con los jugadores y les pidió que colaboren con el armado de sus valijas, ya que ella se tuvo que ir sin ellas al igual que Juliana Díaz en la anterior edición del reality.
Así se enteraba Agostina que su expulsión de Gran Hermano no era real: su reacción
Cuando Agostina Spinelli creyó que atender el teléfono rojo este martes dentro de Gran Hermano había sido su peor decisión al oír la voz del Big ordenándole que abandone la casa de manera inmediata, todo cambió cuando Santiago del Moro se le apareció y le explicó el juego.
Lo cierto es que tras atravesar la puerta de la casa en medio del desconcierto absoluto creyendo que ya no podría competir ni por la casa y menos por el campeonato de la competencia, la producción le vendó los ojos y la trasladó hasta un ambiente con todas las comodidades habidas y por haber, aunque ella ni se lo imaginaba por entonces.
Así, de repente oyó la voz de conductor pidiéndole que se destapase los ojos y al verlo frente a un televisor éste le explicó sonriente: “Disfrutá porque esto no es una maldición. Es todo un beneficio y lo ganaste vos. Esto es un juego. Ese teléfono sonó, vos lo atendiste y vas a poder disfrutar esta noche, sin que la casa sepa que vos estás ahí, a metros de ellos, de todos los lujos de esa habitación. Tenés comida riquísima para comer, tenés rica bebida y tenés películas para ver”.
“Y además, vas a poder bañarte, disfrutar de la comida y descansar en esa cama espectacular para vos sola. Pero el súper beneficio es que vas a poder, durante diferentes momentos, ver la casa sin vos. Vas a poder ver a tus compañeros durante las próximas 24 horas sin vos”, completó Santi.
Fue allí cuando una todavía atónita Agostina, con lágrimas en los ojos y toda desencajada, hizo catarsis y atinó a pronunciar “Me asusté muchísimo”.
Claro que eso fue antes de descubrir la espectacular picada que le esperaba en la heladera con la que finalmente comenzó a disfrutar del beneficio obtenido.