Como ocurre en cada celebración de fin de año, Maru Botana volvió a presentar su exclusivo menú navideño, una propuesta que se destaca por la calidad de sus productos, la cuidada elaboración y el sello personal que la caracteriza.
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Maru Botana sorprende una vez más con su glamoroso menú navideño, ideal para quienes no llegan con el tiempo o simplemente quieren zafar de ensuciar la cocina este 24 de diciembre.
Para todos los gustos: la exorbitante cifra que pide Maru Botana por su menú navideño
Como ocurre en cada celebración de fin de año, Maru Botana volvió a presentar su exclusivo menú navideño, una propuesta que se destaca por la calidad de sus productos, la cuidada elaboración y el sello personal que la caracteriza.
Los valores vuelven a ser tema de conversación y esta vez no pasan inadvertidos. La propuesta apunta a quienes buscan resolver la mesa navideña sin entrar a la cocina ni vivirla a las apuradas, con platos listos para servir y una impronta claramente gourmet. Claro que esa comodidad tiene su costo y no es menor.
Entre las opciones más destacadas aparece la pavita asada con hierbas y chutney, uno de los platos estrella de estas fiestas, con un precio cercano a los 260 mil pesos y una porción pensada para entre ocho y diez comensales. Otro clásico infaltable es el vitel toné, que en esta versión premium alcanza los 160 mil pesos.
Para mesas numerosas, la pata de jamón asada se presenta como una alternativa rendidora: cuesta unos 180 mil pesos y alcanza para hasta doce personas. En reuniones más reducidas, el carré de cerdo figura en torno a los 160 mil. También hay opciones como lomo al horno o salmón —ahumado o con costra de almendras—, cuyos valores oscilan entre los 180 y 190 mil pesos. Quienes buscan algo más accesible pueden inclinarse por ensaladas clásicas, como la caprese o la rusa, con precios que van de los 45 a los 55 mil pesos.
El capítulo dulce tampoco se queda atrás. Tortas tradicionales como la Balcarce, la pavlova o la marquise rondan los 100 mil pesos, mientras que los dulces típicos para el brindis se ubican cerca de los 120 mil.
¿La opción más completa? Encargar un menú cerrado. En ese caso, para grupos de entre diez y quince personas, con plato principal, ensalada y postre, el valor total puede trepar hasta los 790 mil pesos, una cifra que invita a sacar cuentas —y conclusiones—.
En síntesis, se trata de una propuesta que combina recetas clásicas con un giro sofisticado, pensada para quienes priorizan la experiencia y la practicidad por sobre el presupuesto, y que deja en claro que no es una alternativa para todos, sino para quienes están dispuestos a pagar por una celebración sin concesiones.

En el universo de los menús festivos, el cierre dulce suele ser decisivo. Tiene que seducir a la vista, conquistar el paladar y, sobre todo, facilitar la vida de quien cocina. Bajo esa premisa se inscribe esta idea de Maru Botana, que reversiona el tradicional sabayón y lo combina con frutillas y un detalle crocante que aporta carácter.
La propuesta está pensada para adelantarse a los tiempos de la celebración: se arma con anticipación, se sirve en copas individuales y se conserva en frío hasta el momento justo. Un formato práctico que permite disfrutar de la reunión sin correr de un lado a otro, una filosofía que la cocinera suele remarcar cuando se trata de agasajar a muchos invitados.
La base es un sabayón de textura delicada, elaborado a partir de yemas, azúcar y oporto, cocido suavemente mientras se bate hasta alcanzar un punto cremoso. Una vez logrado, se enfría rápidamente para detener la cocción y luego se integra con crema semibatida, lo que le da una consistencia más liviana y aireada antes de llevarlo al freezer.
Las frutillas, en tanto, se trabajan de manera sencilla: apenas unos minutos al fuego con azúcar, lo suficiente para que liberen su jugo, se tornen brillantes y concentren su sabor. El resultado es una preparación fresca, con una acidez sutil que equilibra la untuosidad del sabayón.
El armado no tiene misterio y admite variantes: primero la fruta, luego el sabayón bien frío y, por último, un elemento crocante que suma textura. La sugerencia original es masa de almendras, aunque frutos secos, praliné o cualquier opción similar funcionan igual de bien.
Como es habitual en su cocina, Maru Botana propone no atarse a una sola versión. Cambiar el tipo de azúcar, sumar otro licor o probar distintos crocantes forma parte del juego y del espíritu de la receta.
Elegante, fresco y rendidor, este sabayón con frutillas se perfila como un comodín infalible para las fiestas: se prepara con tiempo, se sirve frío y se disfruta sin vueltas, cucharada tras cucharada.