Y tras recordar que Silvina falleció sin saber ni siquiera que en aquel juicio la sentencia contra Aníbal Lotocki estaba firme, Burlando señaló que este nexo que acaba de comprobarse responsabilizando a este médico por la muerte de Luna, sirve como precedente para el resto de las víctimas del esteticista, como por ejemplo Gabriela Trenchi, Virginia Gallardo o Vicky Xipolitakis, sólo por mencionar a algunas de sus famosas pacientes que conviven con el metacrilato que este hombre les inyectó en su cuerpo, ocasionándoles diferentes perjuicios en su salud.
"Sirve para razonar, porque si este fiscal está pidiendo que se lo indague por homicidio en todas aquellas causas donde aplicó este material, y hay varias que están en trámite, podríamos incluirlas en esas donde provocó lesiones, de tentativa de homicidio. A la complicadísima situación de Lotocki, se le puede complicar aún más porque ya dejarían de ser cuestiones vinculadas a las lesiones que provoca, sino a lo que en definitiva puede provocar que es la muerte de una persona", sentenció el letrado que al día de hoy sigue representando a la fallecida modelo en defensa de su memoria.
Burlado, Lotocki y Silvina Luna - captura Intrusos
De qué murió Silvina Luna
La muerte de Silvina Luna, ocurrida el 31 de agosto de 2023 a los 43 años, fue el desenlace de una larga lucha contra una insuficiencia renal crónica provocada por una mala praxis médica durante una cirugía estética realizada en 2011 por el doctor Aníbal Lotocki.
Durante más de una década, la modelo y actriz padeció graves consecuencias derivadas de aquella intervención. Su salud se deterioró progresivamente hasta que debió someterse a diálisis y permanecer 79 días internada en terapia intensiva en el Hospital Italiano, donde finalmente falleció.
El informe de autopsia, ordenado en el marco de la causa judicial contra Lotocki, reveló detalles impactantes. En el cuerpo de Silvina se encontraron trombosis venosas y tromboembolismo pulmonar, compatibles con el mecanismo de muerte. Además, se detectaron formaciones nodulares en la zona de los glúteos, con fibrosis y adherencias firmes entre el tejido adiposo y el muscular, lo que generó una alteración anatómica severa. Algunas de estas masas reemplazaban el músculo normal, y un conglomerado nodular estaba incluso adherido al nervio ciático izquierdo.
Los peritos también confirmaron que no existían signos de violencia mecánica y que el cuerpo presentaba una enfermedad granulomatosa gigante celular, producto de una reacción a sustancias extrañas inyectadas, como metacrilato, un material prohibido para uso estético. Estas sustancias migraron por el organismo, provocando una hipercalcemia que derivó en daño renal progresivo, infecciones crónicas, tromboembolismo pulmonar y sepsis, todas causas finales del fallecimiento.
Además, el informe detalló la presencia de prótesis mamarias con chips metálicos y trombos en las venas del brazo izquierdo. Los estudios histopatológicos y toxicológicos complementarios fueron solicitados para precisar aún más el cuadro, aunque los médicos forenses coincidieron en que la muerte fue consecuencia directa del proceso inflamatorio y tóxico originado por la mala praxis.
Con estas conclusiones, la autopsia cerró una etapa clave en la investigación, dejando al tribunal la decisión final sobre la responsabilidad penal de Lotocki, mientras el caso sigue siendo símbolo del daño irreversible que puede causar la obsesión por la estética mal practicada.