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Es sabido que tanto las alegrías, las emociones, los enojos o los inconvenientes dentro de la casa de Gran Hermano 2022 se amplifican por mil en relación a la vida real. Es por eso que en las últimas horas el insólito problema de la falta de papel higiénico resurgió, tal como sucedió hace unas semanas.
Lo cierto es que ahora que son menos en la casa, paradójicamente los rollos volvieron a escasear. "¡No hay ni un rollo de papel!", se quejó La Tora visiblemente molesta mientras inspeccionaba por toda la casa.
En tanto Ariel, preocupado por la misma situación, le tiró una indirecta Nacho: "Che... Te encargo a vos que gestionás todo, no te digo dos pero ¿podrías conseguirme un rollo?", al tiempo que Lucila aprovechó para volver a quejarse y meter púa: "Yo tampoco tengo, los escondió Alfa".
Así, en un intento por resolver el tremendo inconveniente, Nacho sugirió en pleno debate en la cocina: "Lo que podemos hacer para que sea justo es que, cuando aparezcan todos los papeles, queden todos en el baño. No dividirlos. Es un bajón tener que llevar el papel cada vez que tenés que ir al baño".
"Con tres cada uno estamos bien, no hay historia" reaccionó entonces el parrillero, pero el rubio le explicó: "Es que no hay tres para cada uno, Ari. A vos te cayeron dos de milagro".
Así las cosas, y como para ponerle un poco de humor al problema sanitario, Ansaldo deslizó: "Bueno, igual los míos están para que los disfrutemos todos", pero Nacho cerró tajante: "Sea como sea, es al pedo. El papel higiénico tiene que estar en el baño, no en la pieza".
Marcos Ginocchio fue el líder de esta semana en la casa de Gran Hermano 2022 y decidió salvar, como era de esperarse, a su amigo Agustín Guardis de la placa.
Lo cierto es que en la tarde del jueves, antes de la gala de nominación, el Primo protagonizó un tenso momento al darse un fuerte golpe con el borde de la pileta, cuando quería ingresar al agua.
El joven estaba caminando despacio para meterse en el agua pero patinó ya que el suelo estaba mojado y casi se golpea de lleno con el borde.
Afortunadamente, Marcos reaccionó rápido y con agilidad pudo colocar sus manos en el borde y evitar darse de lleno con el mosaico.
"¡No primo! ¿Estás bien?", se escuchó decir a una de las participantes al ver ese golpe. “Casi me mato”, reconoció al instante el salteño. Por suerte, no pasó a mayores.
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